Por Darvin Romero Montiel
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Medio siglo y una década… dos pueblos y una misma revolución. Eso fue lo que se congregó en el Teatro CREA de la Universidad de Ámsterdam el pasado miércoles 14 de enero de 2009. Con un aforo que superó las expectativas de quienes convocaron, se conmemoró el aniversario número cincuenta de la Revolución Cubana y el número diez de la Revolución Venezolana. A pesar de la barrera temporal que los separó, Bolívar y Martí nue vamente se abrazan como a finales del siglo XIX, porque los dos “tienen mucho que hacer todavía en América”… y en este mundo que
comienza a mover la brújula, 180 grados a la izquierda. Ahora son otros los conquistados y otros los conquistadores. La gran diferencia es que ya no son las armas las que conminan, ni la doctrina la que se impone. Ahora es la idea la que se esparce y la solidaridad la que nos salva. Ya no es la cruz, sino Cristo el símbolo. Ya no ponemos la otra mejilla, sino la otra bandera… la de la igualdad… la autodeterminación de los pueblos… la de la defensa de nuestra soberanía y el respeto por la de los demás.
Entre tanto, Agustín Pérez Celis, Embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Holanda, se refirió a los logros del gobierno de Hugo Chávez. “Gracias a nuestra revolución los venezolanos se benefician de los ingresos petroleros y demás recursos naturales con los que cuenta nuestra Nación… porque cuando el Comandante Chávez llegó al poder, impulsado por el pueblo, nuestras principales industrias estaban siendo privatizadas y entregadas al capital extranjero, no solo de manera ilegal, sino inconsulta”. Destacó el apoyo de la Revolución Cubana, “sin el cual no hubiese sido posible liberarnos del flagelo del analfabetismo que afectaba a casi dos millones de compatriotas; ni atender médicamente a más de 15 millones de personas, excluidas del sistema de salud por no contar con recursos económicos”.
Rodrigo Rojas y Guadalupe Verwaayen, miembros del Círculo Bolivariano de Holanda, fungieron como moderadores y traductores del evento en cuya organización también participaron Cubasol; Cubadefend; Brigada de Trabajo José Martí y el Movimiento de Jóvenes Comunistas de Holanda. Ellos hicieron de enlace para conjugar la diversidad de idiomas y nacionalidades que conviven en Nederland. En holandés se escuchó la voz de José Ávila, venezolano con casi treinta años en Holanda, quien afirmó: “Cuba y Venezuela son dos flores en el pantano… pero necesitamos muchas más flores para cubrir ese pantano”.
En la dinámica de la discusión se resaltó la conformación del bloque latinoamericano de naciones que, aceptando la propuesta venezolana se han venido integrando en convenios de cooperación energética, alimenticia, tecnológica, cultural, educativa, de salud, deportiva y hasta en materia de defensa de la soberanía. Hechos que se concretan en el proyecto Alternativa Bolivariana para América (ALBA); Petrocaribe; Petrosur; la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR); entre otros.