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Ese día la población de Caracas y otras zonas del país se lanzó a las calles en protesta por medidas neoliberales aplicadas por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez y fue brutalmente reprimida, con un saldo de muertes que nunca se pudo determinar.
"Debe imponerse la justicia ante aquel genocidio, aun cuando sabemos que el Estado burgués de entonces se encargó de desaparecer a los muertos y las evidencias”, expresó Chávez durante una conmemoración ecuménica en homenaje a los caídos.
El Jefe de Estado consideró necesario pagar la deuda con las víctimas al reivindicar el hecho con una rebelión justa de los pobres y haciendo pagar su delito a los responsables de esas muertes.
Precisó que el ex presidente Pérez goza de la protección de Estados Unidos, pero también hay otros responsables en libertad en el país como el alcalde Mayor de Caracas, Antonio Ledezma, quien era gobernador de la ciudad capital cuando ocurrió la masacre.
Para Chávez, El Caracazo fue el primer alzamiento contra el neoliberalismo, cuando parecía se apagaban las luces revolucionarias mientras se imponía en todo el continente, a excepción de Cuba, el consenso de Washington.
“Hoy –agregó- estamos conmemorando, más bien, los 20 años del inicio de la Revolución Bolivariana, la última del siglo XX y la primera del siglo XXI”.
La insurrección se inició como reacción a la decisión de Carlos Andrés Pérez de poner en práctica un paquete de ajustes del Fondo Monetario Internacional que comenzó con el alza de los precios de la gasolina y el transporte público.
